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Por Miguel Rifo , 8 de mayo de 2025 | 12:54Científico chileno descubre bacteria que transforma CO₂ e hidrógeno verde en combustibles sostenibles

Felipe Scott lidera una investigación que apunta a convertir el dióxido de carbono y el hidrógeno verde en compuestos útiles para la industria, como metanol y precursores de combustibles de aviación.
El científico chileno Felipe Scott, académico de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Aplicadas de la Universidad de los Andes, ha descubierto que la bacteria Azohydromonas lata tiene una notable capacidad: puede transformar dióxido de carbono (CO₂) e hidrógeno verde en compuestos químicos de alto valor industrial, como el 3-hidroxibutirato, potencial intermediario en la producción de combustibles para aviones.
El hallazgo, respaldado por simulaciones computacionales y actualmente en fase experimental, forma parte de un proyecto Fondecyt Regular adjudicado recientemente. El objetivo es reprogramar bacterias para que prioricen la producción de compuestos específicos por sobre su metabolismo natural, utilizando técnicas de ingeniería metabólica de vanguardia.
De la simulación al laboratorio: una alternativa a la petroquímica
La investigación busca demostrar que es posible desarrollar tecnologías locales para producir metanol, isopropanol y hidroxiácidos desde fuentes renovables. Chile, al no contar con petróleo ni cultivos industriales de gran escala como el maíz, podría aprovechar su ventaja en energías renovables para producir hidrógeno verde y capturar CO₂, creando una nueva industria bioquímica sostenible.
Scott detalla que la estrategia combina herramientas de evolución acelerada en laboratorio, selección automatizada y diseño computacional de rutas metabólicas. “Queremos acelerar el desarrollo de cepas bacterianas productivas, acortar tiempos de ingeniería y aumentar el portafolio de compuestos sostenibles”, señaló a La Tercera.
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La investigación se desarrolla junto a un equipo interdisciplinario de especialistas de la PUCV, Universidad de los Andes, y colaboradores internacionales en España, Francia y Estados Unidos. Además, se enmarca en un ecosistema de proyectos paralelos sobre biofiltros para contaminación atmosférica y aplicaciones industriales de la ingeniería metabólica.
“El hidrógeno verde y el CO₂ son materias primas con alto potencial. Esta bacteria puede ser la llave para desarrollar una industria de bioenergía y químicos sostenibles en Chile”, enfatiza Scott.
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