Lipigas inicia pruebas para desarrollar gas bajo en carbono de uso doméstico

La empresa espera contar con el prototipo de este nuevo tipo de gas durante el segundo semestre de 2022.

Lipigas anunció que dará inicio a las pruebas en las que mezclará un gas de origen orgánico con gas licuado de petróleo (GLP), con el fin de desarrollar un producto bajo en carbono que sirva para las actividades de uso domiciliario como cocinar, calentar agua o calefaccionar el hogar y permita reducir las emisiones del GLP tradicional sobre el 80%. 

El dimetil éter renovable (rDME), gas de origen orgánico que será usado en las pruebas, es provisto por la empresa norteamericana Oberon Fuels, actualmente el único productor comercial del producto en el mundo. 

El rDME será mezclado en distintas proporciones con GLP para encontrar la dosis que permita crear un gas carbono neutral o con bajas emisiones de CO2 que cumpla con la normativa vigente en el país y con las demandas de los usuarios que buscan combustibles más sustentables y amigables con el medio ambiente. 

Posterior a esto, se realizarán pruebas de uso y seguridad de materiales y equipamiento de gas y, al finalizar la primera etapa de pruebas, el siguiente paso será la aprobación del producto por parte de las autoridades competentes, tras lo cual podría comercializarse contando con todos permisos requeridos en Chile. 

“Estas pruebas son el primer paso para comercializar un gas que cumple exactamente la misma función que el gas licuado de siempre, pero casi sin emisiones netas. Esto puede generar un gran impacto en la industria del gas y en los consumidores, ya que se encontraría una alternativa más sustentable para un combustible que se usa diariamente en los hogares del país y utilizando la misma infraestructura existente”, comenta el gerente de Hidrógeno Verde y Biocombustibles de Lipigas, Esteban Rodríguez.

Según IHS Markit, una empresa internacional dedicada al análisis de riesgo y estudios de mercado, la demanda de GLP en América Latina es impulsada por clientes residenciales y comerciales, que consumen alrededor de 80% del GLP de la región, cifra que muestra el impacto positivo que puede tener este producto en términos medioambientales. 

Además de uso doméstico, este tipo de gas también podría ser utilizado en procesos de producción industriales y aportar a que las empresas se acerquen a la economía baja en carbono.

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