Noticias
Por Agustín de Vicente , 9 de mayo de 2025 | 17:41Perú: Afirman que la formalización contribuye a reducir los conflictos sociales en proyectos

Juan Lozano señala que la gestión social debería replantearse en base a estrategias diferenciadas, considerando a líderes mineros en vías de formalización.
El consultor minero, Juan Lozano, señaló que la formalización contribuye a reducir los conflictos sociales en los proyectos mineros. Así lo indicó durante su ponencia técnica en proEXPLO 2025 denominada “Gestión social de comunidades mineras informales: pautas para la gran y mediana minería”.
En su intervención afirmó que la expansión de la minería informal viene generando conflictos donde se instalan operaciones mineras formales.
“En los últimos años estamos avistando conflictos en el ámbito de concesiones mineras de grandes proyectos extractivos. La gran y mediana minería están viendo en los últimos años la presencia de mineros informales y ello está generando tensiones y conflictos por la ocupación, y por el uso de los espacios mineralizados”, indicó en el evento organizado por el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP).
De acuerdo con Lozano, la situación se complica cuando las grandes empresas perciben que en la zona existen mineros en vías de formalización y, a pesar de que estos cuentan con un registro vigente en el Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo), los consideran equivalentes a mineros ilegales. Como resultado, la política de estas compañías es excluirlos.
“Finalmente, estos mineros son excluidos, pero como continúan trabajando, y ustedes saben, si uno ha sido retirado del Reinfo y continúa trabajando, ya se configura el delito de la minería ilegal”, apuntó.
Para Lozano, esta acción genera un conflicto social grande, y al momento en que la empresa pretende expandir las áreas de exploración, se encuentra con algo que no había previsto: los mineros a los cuales había excluido eran dirigentes comunales, eran autoridades, líderes, influyentes.
“Entonces cuando la empresa quiere nuevos permisos, le dicen: “Oye, tú que has venido con una postura a vulnerar nuestros derechos como comuneros, como mineros, no te voy a dar ningún tipo de autorización”. En ese momento, el proyecto que a la fecha está paralizado, pierde, digamos, o se ve debilitada la licencia social por una inadecuada gestión de este estrato”, anotó.
Proponen replantear la gestión social
A renglón seguido, el consultor refirió que algunas corporaciones expresan un sesgo contra la minería a pequeña escala. “Se suele considerar ese estrato como un bloqueo homogéneo, sin establecer distinciones, sin establecer mecanismos técnicos para marcar diferencias, para trazar una línea divisoria entre los que operan con buenos estándares y los que no”, sentenció.
Manifestó que existe un sesgo generalizado que lleva a percibir a la pequeña minería como un problema, en lugar de reconocerla como una posible oportunidad para mejorar las relaciones con las comunidades y el entorno.
“Estamos avistando el surgimiento de un nuevo actor social, que sería el pequeño minero y minero artesanal, con intereses propios, con una racionalidad propia. En este sentido, cuando elaboramos los mapeos de actores sociales considero que es clave contemplar estrategias diferenciadas y contemplar a este nuevo actor”, acotó.
Finalmente, consideró que el minero que busca o toca las puertas al titular de la concesión minera para dialogar es una señal de que intenta dar un camino hacia la formalización. “Hay minería con reales intenciones de formalizarse, lo cual nos puede ayudar o contribuir a reducir los conflictos y las licencias sociales que requieren los proyectos”, añadió.
COMENTA AQUÍ