América Latina propone abordar el desafío "cero neto" al 2050

La región cuenta con ventajas para acelerar su transición energética, como las reservas de minerales estratégicos y energías renovables como la solar, eólica e hidrógeno verde.

190 países se comprometieron en el Acuerdo de París a limitar el calentamiento global en 1.5°C, mientras que 137 se comprometieron con cero emisiones netas al 2050, para así evitar una de las peores crisis climáticas.

 América Latina ya empezó a abordar este desafío. Chile, Uruguay, Panamá y Ecuador incluyeron la meta en documentos de políticas públicas. Mientras que Argentina, Brasil y Colombia se comprometieron públicamente. Por su parte, Perú, México y República Dominicana lo empezaron a discutir a nivel de gobierno. 

El 46% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la región corresponde al sector energético. Mientras que un 25% de estos provienen de la generación de electricidad con combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas, tal como se indica en el documento Carbono Cero, América Latina y el Caribe, realizado por programa para el medio ambiente de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). 

Los gobiernos de América Latina han presentado hojas de rutas con el fin de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero acá al 2030, desde que entró en vigor el Acuerdo de París en 2016. Donde 15 países de la región se han unido  a la meta de alcanzar 70% de participación de energías renovables en su matrices energéticas para el 2030 en el marco de la iniciativa regional RELAC, según informa Dialogo Chino. 

Ventajas de América Latina en la transición energética

Aunque, reducir las emisiones de una economía requiere una proyección a largo plazo, los gobiernos del sector comenzaron a trabajar estrategias de descarbonización de largo plazo (LTDS, en inglés), donde se encuentran incluidas metas de cero emisiones netas al 2050. México, Uruguay, Chile y Colombia ya han presentado sus LTDS y se encuentran implementando su plan junto a otros países en proceso de desarrollo. 

Para lograr este objetivo, América Latina cuenta con ventajas que son de gran ayuda para acelerar su transición energética. Una de ellas, son las reservas de minerales estratégicos, como el litio. Donde el Presidente Alberto Fernández propuso declarar el litio como recurso estratégico, en Argentina, mientras que Chile, Argentina y Bolivia ya acordarán estrategia de producción de litio. 

Por otro lado, la región también cuenta con un potencial destacado en energía solar y eólica e hidrógeno verde. En el caso de esté último, el Ministerio de energía de Chile creó la primera “Mesa interinstitucional de Hidrógeno Verde” con el fin de impulsar la descarbonización para enfrentar el cambio climático y promover un nuevo modelo de desarrollo sustentable.

Sin embargo, pese a las ventajas que pueda tener la región, lograr el objetivo de cero emisiones netas al 2050 será complicado sin un aumento en el financiamiento. Durante la última cumbre COP26 de cambio climático, los presidentes del sector argumentaron que Latinoamérica solo es responsable del 8% de las emisiones a nivel global. Lo que corresponde a un rol minoritario si es comparado con  Estados Unidos, China o India, es por eso que piden un un mayor apoyo económico.

Por otro lado, según indicó el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se necesita redireccionar entre el 7% y el 19% del gasto público y privado anual para poder cumplir con los objetivos del Acuerdo de París. Aunque, estos recursos no significan un costo neto, pues los beneficios de la acción climática superan los costos de la crisis climática.

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