Entrevistas
Por Miguel Rifo , 6 de mayo de 2025 | 15:17Minería submarina: potencial mineral, impacto ambiental y tensiones regulatorias
El ex vicepresidente ejecutivo de Cochilco y actual director de Aprimin, Sergio Hernández, abordó en Reporte Minero los desafíos tecnológicos, geopolíticos y medioambientales de la explotación de minerales en aguas profundas.
En conversación con Reporte Minero y Energético en Radio Duna, Sergio Hernández, ex vicepresidente ejecutivo de Cochilco y actual director ejecutivo de Aprimin, analizó el creciente interés global por la minería submarina, impulsado por la demanda de minerales críticos como el cobre, litio, manganeso y tierras raras, esenciales para la electromovilidad, la transición energética y el avance de tecnologías como la inteligencia artificial.
“La inteligencia artificial exige una alta demanda energética limpia, lo cual también intensifica la búsqueda de minerales críticos para sostener ese crecimiento”, explicó. En ese contexto, diversos países —incluido EE.UU., bajo la administración Trump— han comenzado a explorar sus aguas territoriales ante la moratoria que limita la explotación en aguas internacionales.
Hernández advirtió que “la tecnología para extracción sí existe y está bien avanzada, pero lo que no existe aún es una tecnología eficaz para proteger la biodiversidad marina”. Ese es el principal obstáculo para avanzar a una explotación a gran escala, señaló, ya que “las corrientes submarinas pueden llevar sedimentos contaminantes a largas distancias, lo que hace muy difícil un control ambiental efectivo”.
“La tecnología existe para extraer, pero no para proteger la biodiversidad marina”
Los minerales más abundantes en el lecho oceánico son nódulos polimetálicos con manganeso, además de cobre, níquel, plata y tierras raras. Sin embargo, enfatizó que el manganeso, aunque voluminoso, no es un mineral crítico para las energías limpias, lo que cuestiona su impacto estratégico.
Sobre el potencial impacto económico, Hernández puntualizó que la minería submarina podría aumentar la oferta de cobre entre un 2% y un 5% de la producción mundial. “Cualquier sobreoferta, aunque pequeña, puede afectar el precio, porque hoy el mercado está en equilibrio entre oferta y demanda”, advirtió.
Consultado por el rol de Estados Unidos en las discusiones multilaterales, el experto señaló que “en la asamblea internacional Estados Unidos no era un actor activo”, y que países como Inglaterra, Brasil, Bélgica, China y Sudáfrica han sido más relevantes. En ese escenario, “Chile ha sido una de las voces opositoras a la producción submarina, junto a Sudáfrica, por razones medioambientales y de interés nacional”.
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Finalmente, Hernández recalcó la necesidad de un enfoque responsable y multilateral, que priorice estudios de línea base ambiental y regule los impactos transfronterizos de esta industria emergente. “El desafío no es solo técnico, es también ético y geopolítico”, concluyó.
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