Entorno online: iniciativas para el ahorro en el consumo y el uso de energías renovables

A pesar de las ventajas medioambientales de este entorno, también es necesario trabajar en la reducción del consumo energético.

El crecimiento de las opciones online, mediante el entorno digital, ha permitido a los consumidores moderar el impacto sobre el medioambiente. Principalmente, este hito se ha conseguido gracias a la reducción de los desplazamientos, lo que implica una menor emisión de gases contaminantes y de consumo de combustibles fósiles.

El teletrabajo, con la posibilidad de celebrar reuniones por videoconferencia y desarrollar las tareas a distancia, es uno de los mejores ejemplos. Pero no el único. También se han reducido las visitas a los bancos, gracias a la banca electrónica; o la asistencia a formación presencial, con los cursos en línea. Incluso la administración pública permite diversos trámites por vía digital.

Pero este entorno digital también tiene su propia huella en el planeta. La fabricación y el reciclaje de componentes electrónicos, necesarios para los equipos, se ha convertido en un auténtico problema mundial, por su efecto sobre los recursos naturales y la contaminación del subsuelo.

Y otro de los grandes retos es conseguir reducir el consumo energético que requieren los equipos (como los centros de datos y las redes) y que provoca la liberación de gases de efecto invernadero y el consumo de combustibles fósiles. No estamos hablando de un impacto que podamos obviar: actualmente, internet consume más del 3% de la energía del planeta; pudiendo llegar al 4% al final de esta década.

Lógicamente, la solución no pasa por volver atrás en el tiempo y renunciar a toda esta tecnología, que ha representado un gran avance en muchas áreas; ni recuperar el enorme volumen de desplazamientos con vehículos contaminantes. El entorno online es beneficioso para el planeta; pero existe una verdadera necesidad de poder trabajar en el desmesurado consumo energético; o bien limitándolo o bien aprovechando las energías renovables. O, mejor aún, de ambas maneras.

Una de las grandes ventajas que tienen las empresas cuya actividad se centra en este entorno es que la tecnología y la evolución continua están en su ADN. Y esto está permitiendo la aparición de innovadoras iniciativas para el uso de energías renovables y la reducción del consumo.

Un buen ejemplo de ello es la utilización de la inteligencia artificial para optimizar el consumo en edificios e instalaciones productivas. Entre otras aplicaciones de la IA, encontramos el estudio de los horarios de máximo consumo y el aprovechamiento de la temperatura ambiental, la creación de modelos predictivos, la revisión de la instalación para detectar fugas o fallos en equipos, etc..     

Es evidente que cada sector digital tiene sus propias necesidades, aunque compartan algunas características comunes. Uno de los más paradigmáticos es el de los videojuegos. Su evolución al entorno online, con menor cantidad de productos físicos, ha sido un gran avance. La fabricación de los soportes físicos representa un gran consumo energético, además de recursos naturales y la generación de residuos electrónicos.

Uno de los pioneros en esta transición al modelo completamente virtual fue el casino en línea, hace más de dos décadas. Desde hace unos años, los videojuegos también están en plena evolución a un modelo de juegos con descargas en la red, acceso a la “cloud” o desarrollo en Streaming. Pero, no por ello es menos necesario trabajar en la reducción del consumo energético en esta industria. Además del uso de la IA en sus propios servidores, las compañías desarrolladoras pueden trabajar en un software y hardware que tengan un gasto mucho más eficiente, con un rendimiento optimizado para los consumidores.   

Y la otra gran línea de trabajo pasa por aprovechar los recursos naturales renovables. La instalación de equipos, para dotar de energía solar u eólica en los edificios que albergan centros de datos, es primordial y un objetivo que sigue avanzando, aunque a un ritmo menor del que sería deseable. También hay que tener en cuenta que existen notables diferencias entre países. Por ejemplo, Chile se está convirtiendo en uno de los líderes en lo que se refiere a transición verde.

Y gran parte de este logro se debe a la “potente diversificación de las fuentes energéticas”. La minería ha sido pionera en la introducción de las energías renovables en su industria y, ahora, es el momento de que las empresas con una actividad en el mundo digital hagan lo propio. Pero no basta con la simple concienciación de las empresas chilenas; este es un mundo de economía global y las soluciones deben abordarse, de forma rigurosa y efectiva, a nivel internacional.       

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