Expertos en glaciares insisten en que se cree una normativa para proteger los grandes cuerpos de hielo en Chile

También mostraron su disconformidad con la medida tomada por la Dirección General de Aguas de disolver la Unidad de Glaciología y Nieves y su traspaso a la División de Hidrología.

A fines del año pasado, se filtró a través de redes sociales la resolución de la Dirección General de Aguas, donde se establecía la disolución de la Unidad de Glaciología y Nieves y su posterior traspaso a la División de Hidrología, lo que significa que la entidad estaría sujeta a nuevas jerarquías. 

Al ser consultados por esta situación, desde la DGA respondieron que esta decisión corresponde a la necesidad de fusionar y robustecer los equipos de trabajo, a propósito de los efectos del cambio climático y la crisis hídrica que aqueja a Chile. 

Debido a esto, desde la Fundación de Glaciares Chilenos manifestaron en exclusiva a Reporte Minero y Energético su disconformidad con esta decisión tomada, ya que consideran que la modificación no fortalece el trabajo científico que necesitan los glaciares.

“El trabajo y funciones realizados por la Unidad de Glaciología y Nieves son muy importantes por sus propias investigaciones glaciológico-científicas, así como la realización y actualización permanente de los inventarios de glaciares, sobre todo con la sequía y aumento de temperaturas”, enfatizaron desde la organización. 

Menor autonomía

En cuanto a si esta medida podría suponer ciertos riesgos para el cuidado de los glaciares, desde la Fundación Glaciares de Chile indicaron que no podían asegurarlo, pero hicieron ver que respecto a que la Unidad de Glaciología y Nieves quede subordinada a la División de Hidrología, le resta autonomía en el desarrollo de sus funciones y en el manejo de su presupuesto.

“Este cambio genera una enorme incertidumbre en las comunidades, organizaciones ambientales, comunidad científica e incluso los funcionarios de la Unidad, ya que un área que por su importancia debiera ser potenciada, se encuentra en la práctica subestimada”, insistieron desde el organismo.

También recalcaron que el traspaso de la Unidad a una nueva División no implica necesariamente una mejor gestión en su labor.

Respecto a cómo esta medida podría influir en la crisis hídrica que azota a Chile hace más de 10 años, los expertos de la fundación fueron enfáticos en señalar que “la Unidad no ve a los glaciares solo como agua, sino que cubre gran parte del espectro de las funciones glaciológicas y ambientales, -como son los servicios ecosistémicos-, de la Criosfera, situación que se podría ver seriamente afectada al ser incorporada como una División de Hidrología de la DGA, donde la atención está puesta solo en el agua en estado líquido y en una visión más utilitaria que ambiental del recurso”.

Nueva normativa

La Cordillera de los Andes alberga cerca del 80% de los glaciares de Sudamérica, y estas grandes masas de hielo forman una importantísima reserva hídrica para comunidades y ecosistemas, sobre todo en el actual escenario de cambio climático y déficit de precipitaciones.

En este contexto, los expertos de Glaciares Chilenos recalcaron que “nuestro anhelo y objetivo principal es que se protejan los glaciares del territorio nacional, tanto a nivel legal, como constitucional”. 

Los especialistas hicieron hincapié en que, al estar sin protección efectiva, los glaciares chilenos se han visto gravemente afectados por la extracción de materias primas de origen mineral, por lo que Chile debería migrar a otras fuentes de ingreso económico, ya que no se puede recuperar un glaciar destruido, ni reconstruir un ecosistema dañado, ni sobrevivir con minerales en vez de agua.

En apoyo a esto, desde la fundación sostuvieron que la protección actual de los glaciares chilenos es insuficiente, ya que el Sistema de Evaluación Ambiental no los resguarda específicamente, simplemente regula su intervención. 

“Nuestro país necesita una norma exclusiva para resguardar estos cuerpos de hielo, ya que el cambio climático y sus consecuencias tocan nuestras puertas, las cuencas del centro y norte del país dependen cerca de un 60% del hielo glacial para su abastecimiento durante los meses de verano”, argumentaron desde la fundación. 

¿Minería y glaciares: incompatible?

En lo que respecta a la relación entre minería y el cuidado de los glaciares, la postura de los expertos es clara, alegando que “los proyectos mineros son de las actividades humanas más nocivas para el resguardo de los glaciares y ecosistemas de montaña”. 

A modo de ejemplo, desde la fundación recordaron casos como el de Pascua Lama, -cuyas faenas provocaron la pérdida irreversible del 62% del glaciar Toro 1 y el 71% del glaciar Toro 2 en la cuenca alta del Río Huasco-, o el caso de la minera Los Pelambres en Coquimbo, empresa que desde el 2005 realiza una explotación en la cuenca superior del Río Choapa, en la que se han identificado 15 glaciares rocosos entre los 3.500 y 3.900 msnm, de los cuales 4 ya casi desaparecieron por la depositación de lastre y otros 2 fueron intervenidos por la construcción de caminos.

“Es muy difícil que la industria minera sea compatible con la protección de cualquier ecosistema y esto se agrava si las empresas no se someten a un Estudio de Impacto Ambiental que detalle sus impactos socioambientales y sin que se fiscalice la prohibición de estos megaproyectos dentro o cerca de Áreas Protegidas. Es urgente que la industria minera se modernice, pero se debe entender que no hay forma de mitigar el daño causado a los ecosistemas y glaciares, ya que las compensaciones económicas no abastecerán de agua a las cuencas ni a la población”, remataron.

COMENTA AQUÍ