Columnistas
29 de septiembre de 2025 | 10:48Hidrógeno verde: del piloto a la escala industrial
Realizado por Juan Ignacio Guzmán, CEO GEM Mining Consulting.
La reciente aprobación ambiental de la planta de hidrógeno verde en Calama es una buena noticia en términos climáticos y para la competitividad del cobre chileno. El proyecto —modular, orientado a faenas cercanas y escalable hasta 200 MW— marca un punto de inflexión para la incorporación de esta tecnología en la industria minera.
Toda tecnología para el sector, sin embargo, debe estar orientada a un objetivo claro: ayudar a posicionar a la industrial del cobre entre los productores más competitivos en costos. Hoy, más del 60% de la producción está en la mitad más cara de la industria, una posición frágil para quien aspira a liderar el cobre “climáticamente competitivo”.
La receta no es ideológica: responde a gestión de costos, introducción de tecnologías eficientes e inversiones en nuevas minas. Debemos reducir, de manera sostenida, el costo de energía, agua, mano de obra e insumos críticos, y ejecutar ‒ sin demoras ‒ los proyectos que habilitan esa reducción.
Lamentablemente, el hidrógeno verde sigue siendo costoso. Sin embargo, al igual que como ocurrió con las baterías de litio, su adopción conlleva a una curva de aprendizaje que reduce precios a medida que aumenta la escala y mejoran los contratos. Paralelamente, Chile necesita contar con energía competitiva las 24 horas: más transmisión para aprovechar el sol del norte, mayor capacidad de almacenamiento para suavizar la curva y contratos con trazabilidad horaria. Con estas condiciones, el hidrógeno verde puede mantener un costo marginal inferior al del diésel y competitivo frente al gas natural, contribuyendo a limpiar la matriz energética en los momentos en que las energías renovables y las baterías no alcancen a cubrir toda la demanda.
La aprobación de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) en Calama muestra que los proyectos de hidrógeno en menor escala y con posibilidad de expansión progresiva pueden avanzar en Chile. Desarrollarlo eficientemente requerirá ventanilla única digital, cronogramas con hitos vinculantes, evaluación proporcional al riesgo y previsibilidad regulatoria. Debemos recordar que, para la industria minera, el hidrógeno no es un fin en sí mismo, sino un habilitador. Integrado con energía solar y eólica, baterías y respaldo flexible, puede reducir el costo marginal de la electricidad, disminuir la dependencia del diésel y mejorar la huella de carbono que demandan los clientes globales. Sin embargo, lo esencial para la industria del cobre sigue siendo recuperar competitividad: ejecutar mejor los proyectos. Más proyectos bien gestionados significan más competencia y, en consecuencia, mejores precios. Menos pilotos y más operación.
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